EL GOZOSO LAMENTO DE UN CORAZÓN INQUIETO
"¡Tarde te amé belleza, tan antigua y tan nueva, tarde te amé!
Como una bestia me lanzaba sobre las cosas bellas que Tú creaste.
Me tenían atado, lejos de Ti, esas cosas que, si no estuviesen sostenidas por Ti, dejarían de ser. Me llamaste, me gritabas, rompiste mi sordera.
Brillaste y resplandeciste ante mi, y limpiaste de mis ojos la ceguera.
Exhalaste tu Espíritu , aspiré su perfume y te deseé.
Te gusté, te comí y te bebí.
Me tocaste y me abrasé en tu paz."
AGUSTÍN DE HIPONA: Las confesiones.
FRENTE A LA IMPERTINENCIA, LA FINA ELEGANCIA DE LA IRONÍA.
-Sr. Churchill, tenga por cierto que si fuera mi marido, vertería veneno en su copa.
-Señoria, si yo fuera su marido, tenga por cierto que me lo bebería.
Winston Churchill a una parlamentaria en la Cámara de los Comunes. Gentileza de Cuquina
martes, 10 de junio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario