lunes, 22 de junio de 2009

Soraya: '¡A mí no me tumba ni Dios!'



"¡A mí no me tumba ni Dios!", ha dicho Soraya Arnelas Rubiales después de quedar penúltima en la final de Eurovisión.


Se desconocen los designios de Dios con respecto a Eurovisión, pero se sabe con toda seguridad que para hundir a Soraya no es necesario que nadie se tome ninguna molestia. Es suficiente con que siga cantando canciones enlatadas con coreografías horteras para que sus discos ni se los bajen de internet.

domingo, 21 de junio de 2009

PROGRAMA ECONÓMICO PARA ACABAR CON LA CRISIS


Ofrecemos desde desde aquí una serie de medidas a los partidos políticos para atenuar los ciclos económicos depresivos y hacer más prolongados los expansivos. Lo hacemos de forma filantrópica, desinteresada y altruista, por lo que no vamos a cobrar derechos de autor ni otros mamoneos.


1.- Reducir a la mitad el número de funcionarios.

600.000 funcionarios en 1976 - 3.000.000 en 2009.
Sería razonable pensar que 1.500.000 funcionarios de 2009 podrían hacer el trabajo que hacían 600.000 de 1976 sin los medios que tienen los de ahora, contando con el incremento de la población y del nivel de las prestaciones.
Esta medida permitirá ahorrar entorno a los 37500 millones de euros anuales.


2.- Acabar con el ineficiente Estado de las Autonomías.

Para empezar eso permite que las Administraciones Públicas se beneficien de las economías de escala y poder rentabilizar mejor a sus empleados.
En segundo lugar, la eliminación de las Asambleas parlamentarias autonómicas supondrá para el contribuyente un notable ahorro, al no tener que soportar sobre sus hombros el peso de una clase política hipertrofiada a la cual hay que seguir manteniendo en sus privilegios una vez que han cesado en sus mandatos.
En tercer lugar, disfrutaríamos de una saludable simplificación de nuestro sistema normativo, complicado innecesariamente por el prurito de diferenciación que padecen nuestros políticos regionales.


3.- Reducción de los vehículos oficiales

Parece ser que el favorito es el Audi 8. No basta con un utilitario medio.
En España tenemos 30.000 vehículos oficiales, con su correspondiente dotación de conductores. Resulta conveniente dignificar determinados altos cargos, pero aún más necesario resulta dignificar el servicio público con la austeridad.


4.- Fin de las subvenciones a los sindicatos.

300.000 liberados sindicales parecen demasiados. En todo caso, sería oportuno que los sindicatos se acogieran al sistema de financiación de la Iglesia Católica, y ya que no pueden vivir de las cuotas de sus afiliados -que sería lo propio- podrían beneficiarse de la benevolencia de los contribuyentes que quisieran poner una "X" en la casilla de "sostenimiento de sindicatos" que podría habilitarse en el impreso de la declaración del IRPF.


5.- Evitar medidas contradictorias. Ejemplo de los coches y la gasolina.

Las personas racionales responden a incentivos; cuando éstos son contradictorios se producen efectos irracionales de roce y sobrecalentamiento del sistema económico, con inevitables costes.
Ejemplo: el plan 2000E que ha aprobado el Gobierno de España para estimular la demanda de automóviles y provocar un tirón en la producción, contradice la medida de subir los impuestos sobre los carburantes.
Cualquier alumno de 1º de bachillerato sabe -a diferencia de la ministra de Hacienda- que los coches y la gasolina son bienes complementarios, por lo que si sube el precio de uno, baja la demanda del otro y viceversa.
No tiene sentido subvencionar la compra de automóviles y penalizar después su uso, diciendo además que es para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
En definitiva, lo que realmente querría el Gobierno de España es que compraramos coches pero que no los usáramos. Irracional. Hace falta coherencia.


6.- Construcción de centrales nucleares.

Naturalmente, esto incluye mantener las que ya existen hasta que los técnicos especialistas determinen el final de su vida útil y segura. La central de Santa María de Garoña debe prolongar su funcionamiento, tal y como ha establecido el Consejo de Seguridad Nuclear.
La construcción de centrales nucleares sí justifica el gasto público, ya que se trata de una inversión en bienes de capital, capaces de generar riqueza a medio plazo.
En la actualidad es la fórmula energética más barata, menos contaminante, garantiza un margen mayor de independencia energética exterior y alivia el saldo negativo de nuestra balanza de pagos y genera puestos de trabajo productivos.

Además, tampoco tiene sentido comprar energía eléctrica a Francia, de origen nuclear, absorbiendo la parte proporcional de residuos producidos por las centrales situadas más allá de los Pirineos. Prescindimos de las ventajas y nos quedamos con los inconvenientes. Se mire como se mire, es absurdo.


7.- Suprimir el Ministerio de Igualdad.

Por la misma razón, impedir a toda costa que la Universidad Rey Juan Carlos ofrezca entre sus titulaciones de vanguardia el grado de Igualdad, caldo de cultivo idóneo para la proliferación de chupatintas, cuyo modelo más acabado podría ser la propia ministra Bibiana Aído.


No vamos a dar por ahora más ideas, ya que somos conscientes de su difícil asimilación.